La Obra

Noche de Guardia es la historia de cuatro efectivas policiales, en lo que podría ser una de las seiscientas comisarías de la sobredimensionada y casi incontrolable provincia de Buenos Aires de los años noventa. 

Se presenta en tono de comedia policial, parodiando una de las tantas noches de guardia que el personal policial tiene que cubrir en una comisaría. 

Una vez más, apelamos al humor que permite distender situaciones que podrían ser duras dichas desde otro lugar, la historia muestra situaciones reales pero llevadas a un extremo casi grotesco, una torsión que permite mostrar y develar momentos con los que el espectador se puede identificar, reconocer un hecho cotidiano y distanciarse al mismo tiempo, para poder reírse de lo que está viendo.


La idea original, por Cristina Carozza

La idea de Noche de guardia parte de una serie de situaciones personales que viví, vinculadas con la guardia de una seccional policial, donde compartí un periplo casi surrealista antes de dar sala a una obra que tenía en cartel, con un conflicto que comenzó entre actores por salir a escena, un ladrón y efectivos policiales que se presentaron para la ocasión… dada esta situación, terminamos declarando en una seccional policial, y a partir de observar este espacio, y la guardia en particular, comencé a imaginar que estaría bueno hacer una obra con mujeres policías. Ese fue el primer punto de partida. Necesité en esta ocasión que alguien escribiera el texto para simplificar la búsqueda y porque quería abordar un material previamente escrito para trabajar, para no partir nuevamente desde la dramaturgia del actor.
Desde ese lugar lo convoqué a Juan Pablo Giordano, dramaturgo de nuestra ciudad, quien tiene una importante producción en el género policial, entre otros. El aporte del autor fue fundamental ya que le dio un marco a la idea inicial y presentó un texto contundente.  Este fue escrito y re-escrito por Giordano de acuerdo a lo que hablábamos y lo que iba viendo en algunos ensayos con las actrices.


Los ensayos

Se fueron dividiendo por un lado ensayos parciales con Mariana Valci (asistente de dirección), y luego eran re trabajados desde la dirección. Fue muy efectiva esta estrategia de trabajo ya que permitió el avance en los tiempos de la construcción de la obra, los textos y personajes. Me parece efectivo contar con la figura de la asistencia de dirección porque te da otra mirada sobre la obra y agiliza el tiempo de armado de la obra. En este punto es de destacar los aportes de las actrices, ya que todas tienen una formación no sólo como actrices, sino también, como profesoras y directoras de teatro. Esto me permitió intercambiar muchas ideas sobre el material, el proceso de trabajo, la estética y la puesta en sí.




Puesta en escena

Trabajamos desde el cómic, los vestuarios, las luces, la música. Fue un armado complejo y bastante dificultoso llegar a una síntesis visual, pero creo desde mi punto de vista que está logrado.  La idea es recuperar el efecto de una historieta y jugar con los colores y la música como signos que atraen desde lo sonoro y lo visual al público.
Contamos también con un efectivo staff que fue parte de todo este proceso y que colaboró con muchas buenas ideas para esta producción. Ellos son Pablo Rodriguez Jáuregui en las ilustraciones; música y efectos sonoros: Gerardo Cabral y Judith Ganón; escenografía y vestuario: Cecilia Patalano y Celina Rovetto; diseño de luces: Diego Quilici; asistencia de producción: Natalia Zalazar y prensa y diseño gráfico: Mariana Valci.